lunes, 1 de junio de 2015

Al Conservatorio porque sí!


Estamos a las puertas de las pruebas de acceso al Conservatorio tanto de Grado Elemental, Profesional como de Superior. Obviamente, los que quieren acceder al Grado Superior son ya alumnos mayores de edad que tienen bien claras sus ideas como aspiraciones. Pero ¿qué pasa sobre todo con esos alevines que se presentan a las pruebas para Grado Elemental?

Durante años, desde que imparto clases aquí, sobre estas fechas, se me presentan los padres insistiendo que les prepare a sus hijos para estas pruebas de acceso al Elemental. Normalmente, son niños de 7 años, que aún no tienen muy clara su vocación musical. Prefieren jugar al fútbol o estar con sus amigos en el parque y sueñan con ser bomberos o veterinarios. Pregunto al niño en cuestión si es que le gusta tanto la música como para dedicarse al completo a ella, y la gran parte me dice que no. Les comento a los padres que el Conservatorio es algo serio, que implica mucha inversión de tiempo de estudio como de asistencia a clase, que está enfocada a una carrera musical como puede ser otra carrera universitaria. Entonces, tras saber que el niño tiene que ir varias veces a clase durante la semana, me insisten más. "Mi hijo tiene que entrar sí sí!"


"Una Guardería llamada Conservatorio"

En una de las reuniones de Departamento de Piano que me tocó estar, se comentaba precisamente del alto porcentaje de niños que se presentaban a estas pruebas, y que la mayor parte que accedían, sus padres se comportaban como si sus hijos estuviesen en una Guardería. A lo largo de esta primera etapa de enseñanza (con suerte, media de la siguiente), muchos abandonaban por no poder mantener el ritmo de estudio y poder alcancar los criterios mínimos que se les pide en cada curso para poder acceder al siguiente. Se quejaban del bajo nivel musical y que por culpa de unos, los que no tienen ningún tipo de interés en estudiar una carrera musical, otros, que sí tienen, quedan a las puertas. Así que se ven a niños con absoluta desgana en las aulas, y niños totalmente desolados por no poder acceder a su sueño. 

Recuerdo a un alumno que tuve, que no le interesaba el piano en absoluto y por más no tenía ni un teclado en casa para estudiar. Su madre, funcionaria de instituto, nos había pedido encarecidamente que su hijo tenía que pasar la prueba. Peleé muchísimo con este niño para que pasara la prueba, ya que no mostraba ninguna traza de interés y menos tenía madera para ser pianista. Consiguió pasar la prueba. Estuvo 4 años largos (los que dura el Ciclo Elemental) sin seguir teniendo un teclado en casa,  desesperando a los profesores y con vistas a no poder acceder a Grado Medio. ¿Todo para que la madre tuviese más tiempo para sí? Mientras, ocupando una plaza que otro niño podría haberla aprovechado mejor.


"Conservatorios y Escuelas de Música"

La franja de edad para las pruebas de acceso a Grado Elemental va de los 7 años a los 14 y se puntúa más alto a los aspirantes de 7 a 9 años. A mi, personalmente, este dato me parece bastante ridículo. ¿Un niño de 7 años sabe ya que quiere ser músico profesional y uno de 14 no? ¿Tiene más posibilidades de volver a presentarse uno de 14 que uno de 7 años? Obviamente, uno de 14 años ya no se podría volver a presentar a 1º de Grado Elemental, asi que, por más que se empeñe a realizar ese sueño, quedaría fuera y tendría que preparar una prueba más difícil para poder acceder en alguna plaza de los siguientes cursos de elemental (que hoy en día es algo más que improbable) o 1º de Profesional (que, entre que son plazas limitadísimas y que sabemos que los alumnos del Centro tienen prioridad sobre los que se presentan de afuera... ). Sueño truncado por un baremo absurdo.

En este enlace, leí que en Galicia algunos docentes de Conservatorios proponen instaurar la enseñanza de los estudios de Grado Elemental accesible para todos los interesados. Es decir, que la enseñanza propia del Grado Elemental pasase a competencias de las Escuelas de Música Municipales formando así a todos los interesados sin límite de edad para el acceso a Grado Profesional. De hecho, este modelo de enseñanza, ya se implantó desde hace tiempo en Cataluña. Y es algo más que lógico. Esos 4 años iniciales son fundamentales para poder ver si el alumno sí tiene interés real en proseguir unos estudios muy intensos durante muchos años o no.

De todos modos, a esos padres que buscan actividades para "librarse" durante unas horas de sus hijos, deberían tener en cuenta que existen fantásticas Escuelas de Música en las que los niños pueden aprender sin agobios de exámenes y poder proseguir con sus fantasías de convertirse en bomberos o veterinarios. Si su preocupación es su desarrollo en la enseñanza que se pueda recibir en estas instituciones, que sepan que en estas Escuelas de Música recibirán una enseñanza igualmente de calidad pero sin presiones. Será feliz. Pero que sepan: un Conservatorio no es ni una Guardería ni una Piscina donde dejar a su hijo para poder descansar un rato. Un Conservatorio es una gran institución de enseñanza que pretende preparar a futuros músicos profesionales. Un Conservatorio equivale a una Universidad. ¿metemos a nuestros hijos de 7 años en la facultad de Medicina para tener unas horas para nosotros porque sí? Pues eso! La carrera de Música es tan válida como otras, y no se debería restar importancia. Así que, hacedme caso por una vez: si tu hijo quiere ser pianista con todas las ganas, adelante! Preséntalo para el Conservatorio! Pero si eres tú que buscas actividades para mantenerlo ocupado sin preocuparte de sus intereses: echa un vistazo a las Escuelas de Música y deja que sea feliz!

miércoles, 1 de abril de 2015

"Profe! Tócame la canción que yo no me la sé!"

Una de las cosas más curiosas que me he encontrado hace poco dando clases en España, es que una alumna (con grandes pretensiones pianísticas) me echó en cara que no sabía dar clases "porque nunca le tocaba las obras antes de estudiarlas". Y aquí es donde "entro en conflicto": ¿y para qué está la partitura? ¿para qué existen las claves, los compases, las notas, figuras...? Sobre todo teniendo en cuenta que esta persona aspira a acceder al Grado Profesional. Se supone que estámos formando a músicos, dándoles una base musical sólida tanto instrumental como teóricamente y no músicos que "tocan de oído".

"La importancia del Lenguaje Musical"
Volviendo la vista hacia atrás, no recuerdo que ningún profe mío me haya tocado las obras antes de estudiarlas. Ni en la Escuela de Música Regional ni mucho menos en el Conservatorio. Ahora que estoy haciendo substituciones para la Consellería de Educación de la Xunta, veo la misma pauta: obra marcada y el alumno es el que tiene que leerla a primera vista, interpretarla según la partitura y no según el oído.
La razón es más que obvia: ¿qué queremos? ¿formar auténticos músicos que sepan defenderse solos ante una partitura o meras copias que solo saben imitar lo que ven y oyen del profe o de algún disco?
Sino ¿para qué sirven las clases de Lenguaje Musical entonces? El Lenguaje Musical es totalmente fundamental para poder abordar una partitura con soltura y seguridad. ¿a caso os podríais imaginar a alguién que pida que se le lea un libro, repita lo dictado y que sea incapaz de leerlo por sí mismo?
Impensable, no? Pues lo mismo debería ser en la enseñanza del instrumento: Saber leer es necesario.


En mis años como estudiante de Conservatorio tuve una compañera que era una auténtica fiera tocando el Piano. Era capaz de enfrentarse a las obras más difíciles... hasta que un día, en clase de Pedagogía y Didáctica del Piano descubrimos su talón de Aquiles: era incapaz de leer a primera vista. Pero totalmente incapaz... en 3º de Grado SUPERIOR!! Y su excusa fué "que primero tendría que escucharla". Así que a partir de ahí prestábamos más atención a sus audiciones (por cierto, totalmente impecables) y descubríamos en ellas las grabaciones que le pasábamos como ayuda del estudio de la obra: ahí estaban Rubinstein, Richter, Pollini, Argerich... . Los calcaba hasta el mínimo detalle. Copia perfecta.

Desde luego, en mis clases nunca les toco las obras antes por este motivo, al menos que el alumno me lo exprese de manera contundente y con motivos ya predeterminados (como que lo que quiere es tocar de manera amateur, y que por lo tanto prefiere la enseñanza por imitación). A lo largo de su vida musical  (sobre todo si ese alumno se decanta por la carrera) se convierte en un handycap. El profe no va estar toda la vida al lado del alumno para tocarles las piezas antes!


Ya, desde los peques que empiezan conmigo hasta los adultos, les hago tocar a primera vista, analizar la pieza, preguntarles sobre la intención musical que encuentran en la obra, y es fascinante escuchar las varias versiones que interpretan estos alumnos de una misma pieza, su implicación personal con la canción ... que interpreten ellos según la partitura, según lo que lean. Que sea SU interpretación personal, no una copia. Como anécdota, recientemente, una compañera mía me comentó que mis dos alumnos más pequeños se defienden de maravilla en clase de Lenguaje Musical, y que de hecho son los dos mejores alumnos que tiene. A esto se le llama calidad musical.

"Imitación sí, pero de técnica"
Aunque no les toco las obras antes de que inicien con la lectura, sí que me paro posteriormente con pasajes y ahí sí que les toco dichos pasajes que les presentan alguna dificultad. Básicamente lo hago para que vea la posición correcta, digitación correcta, ataque correcto, pedal, etc. Ahí sí que es necesaria la imitación!


"¡Ojo con algunos Profesores!"
Merodeando por las redes y algún que otro alumno que me viene de rebote a mis clases, pude ver que varios compañeros de profesión aplican la enseñanza por imitación en sus clases. Algunos venden la moto como el gran invento, el método de los métodos de la enseñanza instrumental y cobran un pastón por clase. Claro está que cada cual es libre de recibir las clases como quiera, pero en el caso de que se quiera seguir con un estudio con vistas al Conservatorio o de manera seria, deberíais plantearos qué tipo de metodología os conviene más.