miércoles, 1 de abril de 2015

"Profe! Tócame la canción que yo no me la sé!"

Una de las cosas más curiosas que me he encontrado hace poco dando clases en España, es que una alumna (con grandes pretensiones pianísticas) me echó en cara que no sabía dar clases "porque nunca le tocaba las obras antes de estudiarlas". Y aquí es donde "entro en conflicto": ¿y para qué está la partitura? ¿para qué existen las claves, los compases, las notas, figuras...? Sobre todo teniendo en cuenta que esta persona aspira a acceder al Grado Profesional. Se supone que estámos formando a músicos, dándoles una base musical sólida tanto instrumental como teóricamente y no músicos que "tocan de oído".

"La importancia del Lenguaje Musical"
Volviendo la vista hacia atrás, no recuerdo que ningún profe mío me haya tocado las obras antes de estudiarlas. Ni en la Escuela de Música Regional ni mucho menos en el Conservatorio. Ahora que estoy haciendo substituciones para la Consellería de Educación de la Xunta, veo la misma pauta: obra marcada y el alumno es el que tiene que leerla a primera vista, interpretarla según la partitura y no según el oído.
La razón es más que obvia: ¿qué queremos? ¿formar auténticos músicos que sepan defenderse solos ante una partitura o meras copias que solo saben imitar lo que ven y oyen del profe o de algún disco?
Sino ¿para qué sirven las clases de Lenguaje Musical entonces? El Lenguaje Musical es totalmente fundamental para poder abordar una partitura con soltura y seguridad. ¿a caso os podríais imaginar a alguién que pida que se le lea un libro, repita lo dictado y que sea incapaz de leerlo por sí mismo?
Impensable, no? Pues lo mismo debería ser en la enseñanza del instrumento: Saber leer es necesario.


En mis años como estudiante de Conservatorio tuve una compañera que era una auténtica fiera tocando el Piano. Era capaz de enfrentarse a las obras más difíciles... hasta que un día, en clase de Pedagogía y Didáctica del Piano descubrimos su talón de Aquiles: era incapaz de leer a primera vista. Pero totalmente incapaz... en 3º de Grado SUPERIOR!! Y su excusa fué "que primero tendría que escucharla". Así que a partir de ahí prestábamos más atención a sus audiciones (por cierto, totalmente impecables) y descubríamos en ellas las grabaciones que le pasábamos como ayuda del estudio de la obra: ahí estaban Rubinstein, Richter, Pollini, Argerich... . Los calcaba hasta el mínimo detalle. Copia perfecta.

Desde luego, en mis clases nunca les toco las obras antes por este motivo, al menos que el alumno me lo exprese de manera contundente y con motivos ya predeterminados (como que lo que quiere es tocar de manera amateur, y que por lo tanto prefiere la enseñanza por imitación). A lo largo de su vida musical  (sobre todo si ese alumno se decanta por la carrera) se convierte en un handycap. El profe no va estar toda la vida al lado del alumno para tocarles las piezas antes!


Ya, desde los peques que empiezan conmigo hasta los adultos, les hago tocar a primera vista, analizar la pieza, preguntarles sobre la intención musical que encuentran en la obra, y es fascinante escuchar las varias versiones que interpretan estos alumnos de una misma pieza, su implicación personal con la canción ... que interpreten ellos según la partitura, según lo que lean. Que sea SU interpretación personal, no una copia. Como anécdota, recientemente, una compañera mía me comentó que mis dos alumnos más pequeños se defienden de maravilla en clase de Lenguaje Musical, y que de hecho son los dos mejores alumnos que tiene. A esto se le llama calidad musical.

"Imitación sí, pero de técnica"
Aunque no les toco las obras antes de que inicien con la lectura, sí que me paro posteriormente con pasajes y ahí sí que les toco dichos pasajes que les presentan alguna dificultad. Básicamente lo hago para que vea la posición correcta, digitación correcta, ataque correcto, pedal, etc. Ahí sí que es necesaria la imitación!


"¡Ojo con algunos Profesores!"
Merodeando por las redes y algún que otro alumno que me viene de rebote a mis clases, pude ver que varios compañeros de profesión aplican la enseñanza por imitación en sus clases. Algunos venden la moto como el gran invento, el método de los métodos de la enseñanza instrumental y cobran un pastón por clase. Claro está que cada cual es libre de recibir las clases como quiera, pero en el caso de que se quiera seguir con un estudio con vistas al Conservatorio o de manera seria, deberíais plantearos qué tipo de metodología os conviene más.







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