lunes, 22 de septiembre de 2014

El papel del profesor y el desarrollo ideal de las clases

Es fundamental encontrar a un buen profesor que pueda enseñar de manera clara y alentarnos para seguir adelante con el aprendizaje del instrumento y no desistir a la primera.

"Enseñanza musical helvética vs. enseñanza musical española"
A lo largo de mi vida como estudiante de música, tuve varios profesores de instrumento y cada cual tenía su propia metodología. Aunque hay que decir que la manera de dar clase de música en Suiza es muy, pero que muy distinta a la que se aplica aquí, en España.
En general, la enseñanza helvética es más cercana, más "humanista" que la española. Y eso se nota en los resultados! Entiendes la música de otra manera. No te la inculcan como una materia más. Nos enseñaron que la música forma parte de nuestro ser, un canal de expresión individual.
Recuerdo mis clases de música con mucho cariño. Mi primera profesora de música nos enseñaba de manera amena, y nos hacía participar a todos. Con 6 años comprendíamos el Lenguaje Musical avanzado de manera clara y natural. Solfeábamos con soltura, y eramos capaces de leer ejercicios rítmicos propios de 2º de G.E.

Hablando ya del tipo de profesor de piano: tuve dos tipos de profesores. En Suiza tuve la suerte de tener como profesores a verdaderos monstruos del Piano. De hecho, uno de ellos era un pianista consagrado y descendía, musicalmente hablando, de la escuela de Ravel. Aprendí lo inaprendible. Era capaz de que, con  mis 15 años de aquella, me enfrentara a partituras de dificultad alta de manera simple y natural. Como si se tratara de un juego fácil. ¿Cómo lo hacía? Tenerme en cuenta, escuchar mis opiniones, no forzar las cosas, y sobre todo, nunca, nunca marcó la típica distancia "profesor-alumno"! Cercanía y humanismo. Naturalidad y alegría. Adoraba sus clases!

Esa manera de dar clase es la que aplico a las mías con mis alumnos y obtengo los mismos resultados. Mis alumnos están cómodos desde el primer día. Siempre los escucho y me importa sus opiniones.

El segundo tipo lo descubrí en España. (Ojo! Estoy generalizando. No estoy diciendo que todos los profesores de música en España sean así, sin excepción).
El cambio para mi fue muy brusco. Me encontré de pronto con una barrera infranqueable entre profesor - alumno, con mentalidad de funcionario que no se permitía opinar al alumno. "Toca lo que marca la programación", y punto. Se seguían las normas a rajatabla ("porque lo manda el Decreto..."), las clases eran insufribles. O tocabas eso por que lo decía la ley o te olvidabas de la carrera. El ambiente solía ser frío y distante. Mecánico. Al principio me costó muchísimo adaptarme a este tipo de enseñanza, pero me tuve que resignar y seguir de esta manera. También es cierto que mis primeras tendinitis las tuve en España. Hasta entonces tocaba Rachmaninoff sin problemas y sin tendinitis.

Pero curiosamente tuve un profesor (y pianista excepcional), de Piano Contemporáneo, que me recordó vivamente las clases de mi profesor suizo. Escuchaba, explicaba de manera clara, creaba un ambiente de estudio ameno y cómodo... . Sus clases eran fantásticas. Creo que fue el único. (No sé si tendrá que ver que también estudió en Suiza).

Se suele decir que los centroeuropeos son más fríos y distantes que los del sur. Igual en carácter, pero a la hora de enseñar... . A mi parecer, en España pesa mucho la mentalidad de funcionario... y es un craso error.

Así que...

"Puntos para dar una clase 10"


  1. El/la alumn@ es una persona. No lo infravalores pensando que, como sus conocimientos musicales son nulos o escasos no merece opinar ni ser escuchado. 
  2. No sigas las normas a rajatabla. Está bien seguir unas pautas, una programación. Pero si el alumno tiene las manos pequeñas, no te empecines con la obra marcada que le destroza la muñeca! 
  3. Si las clases se desarrollan en una escuela/academia de música: no machaques al alumno como si estuvieras en un conservatorio! Hay grandes diferencias entre escuela y conservatorio!... y existe una normativa que se aplica al funcionamiento correcto de las escuelas de música.
  4. Adapta un repertorio adecuado al perfil del alumno. Ten en consideración las preferencias del alumno, tómate tu tiempo y busca. La recompensa va ser gratificante para ambos!
  5. Alaba cada pequeño avance que muestre el alumno. Se sentirá más motivado y seguirá con más empeño. 
  6. Las clases deberían desarrollarse en un ambiente ameno y relajado. Así que aparca el malhumor fuera, sé feliz, y disfruta dando clases!



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